domingo, 5 de mayo de 2013

EL OSO Y EL ATEO

Un ateo estaba caminando por el bosque.
"Qué árboles mas majestuosos! Qué ríos mas poderosos! Qué animales tan bellos!" -se decía para sí.
Mientras caminaba a lo largo de la orilla del río, escuchó un ruido que venia de los arbustos detrás de él. Cuando se volteó para mirar, vio un oso grizzly de 7 pies que venia hacia él.
El corrió lo más rápido que pudo hacia arriba de la senda. Miró sobre su hombro y vió que el oso se estaba acercando cada vez más. Su corazón comenzó a latir rápidamente y el trató de correr más rápido. Se tropezó con una piedra y cayó a tierra. Rodó para poder incorporarse, pero vió que ya el oso estaba encima de él agarrandolo con su pata izquierda mientras levantaba la derecha para desgarrarlo. En ese instante el Ateo gritó: "!Oh, Dios mio!" ......!

El tiempo se detuvo. El oso se frizó.  El bosque estaba silencioso. Una luz brilló alrededor del hombre y una voz se escuchó desde los cielos: "Tu has negado mi existencia por todos estos años, has enseñado a otros que yo no existo, y hasta le has acreditado la creación de todo a un accidente cósmico. ¿Y ahora esperas que yo te ayude a salir de esta situación? ¿Te debo contar entre los creyentes ahora?"

El Ateo miró directamente hacia la luz brillante y dijo:"Es verdad, sería hipócrita de mi parte pretender que de súbito tú me trates como un cristiano, pero ¿podrías hacer que el oso se haga cristiano?" "Muy bien", dijo la voz. Y la luz dejó de brillar. Y los sonidos del bosque se reanudaron. Y el oso cayó de rodillas, levantó sus dos patas y las puso juntas y bajó la cabeza y habló: "Señor, bendice este alimento que voy a recibir y por lo cual estoy verdaderamente agradecido..."
Moraleja: Cuidado con lo que le pedimos a Dios... seamos sabios.



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