martes, 4 de marzo de 2014

SIEMPRE QUE QUIERAS, PODRAS CAMBIAR TU ESTRELLA...

-Algún día seré un caballero del rey -dice el niño rubio, mientras observa un desfile militar.
-¡Ja, ja, ja! ¿Un caballero? ¡El hijo de un techador quiere ser un caballero! -se burla un vecino algo viejo y molesto por los sueños de un niño demasiado ambicioso- sería más fácil cambiar las estrellas, antes que seas un caballero.
El niño siente la daga del sentido común que lo atraviesa. La lógica dice que él no tiene sangre de nobleza, ya lo dijo el vecino: Es el hijo de un techador, apenas un reparador de goteras. Sin embargo tiene una esperanza, débil, pero esperanza al fin. Es el boxeador que perdió en cada asalto, pero se juega un round más. Es el corredor que se dobla el tobillo faltando cincuenta metros para la meta, pero se reincorpora otra vez.
-¿Podré algún día cambiar las estrellas? -pregunta a su padre.
-Siempre que quieras, podrás cambiar tu estrella -responde el sabio techador.





Extracto de película: Corazón de caballero.

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