viernes, 1 de agosto de 2014

Deshojando margaritas

Esta mañana al regarlas me vino a la cabeza un recuerdo de mi juventud, “Deshojar la margarita” No se si alguno de los que me leéis habéis jugado a esto. “Al me quiere, o no me quiere”… mientras ibas arrancando un pétalo a la desdichada margarita, que al final te decía que el que te roba el sueño no te quiere en absoluto. No se de quien ha sido este invento, pero ahora a años luz de aquello me parece un juego de los más ingenuo.
En lo cotidiano a veces en sentido figurado también estamos “Deshojando la margarita” aunque no siempre caigamos en ello.
¿Hará buen tiempo mañana, vendrán a verme los hijos, cobraré el sueldo, me quiere mi novio, me quedará tiempo para? ¿Aprobaré matemáticas? Pues mira no, si no has estudiado lo más seguro será un suspenso.
¿Me arrancará el coche? Si te has molestado en ponerle gasolina y anticongelante en la batería tienes todas las probabilidades.
Me pregunto cuanto tiempo se nos va en especulaciones inútiles, que si los empleásemos más a fondo no tendríamos que hacernos estas preguntas porque estaríamos buscando soluciones.
Resumiendo, no podemos estar mirando al cielo con los brazos cruzados esperando que caigan las respuestas a nuestras preguntas.
Lo peor es cuando se hacen las preguntas vitales y si no hubiese hecho el viaje, y si me hubiese casado con en vez de… preguntas que jamás tendrán respuesta más equivoca en nuestra mente que nos engaña con falsos cantos de sirena.
Y así con todo, lanzando preguntas al aire va a ser muy difícil que nos lleguen las soluciones, porque los adultos lo que debemos hacer es poner los medios para que las cosas que dependen de nosotros salgan de la mejor manera posible.
Ni todo pasado fue mejor ni todo el futuro lo será. Lo que realmente importa es tomar cada día nuestras decisiones responsablemente. La vida no tiene vuelta de hoja, ni deshojando margaritas
¿Le gustará a alguien esta reflexión? si-no-si-no….

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