lunes, 26 de octubre de 2015

NO TENGAS PRISA PARA EL MATRIMONIO

"Nunca he dicho que el amor es destruido por el matrimonio. ¿Cómo puede el matrimonio destruir el amor? Sí, se destruye en el matrimonio pero es destruido por ti, no por el matrimonio. Es destruido por la pareja. ¿Cómo puede el matrimonio destruir el amor? Eres tú quien lo destruye porque no sabes qué es el amor. Simplemente pretendes saber, simplemente esperas saber; sueñas que sabes, pero tú no sabes qué es el amor. El amor tiene que ser aprendido; es el arte más grande que existe...
Naces sólo con una capacidad. Por supuesto, naces con un cuerpo; puedes ser un bailarín porque tienes el cuerpo. Puedes mover tu cuerpo y puedes ser un bailarín pero el bailar tiene que ser aprendido. Se necesita mucho esfuerzo para aprender a bailar. Y el bailar no es tan difícil porque solamente tú estás involucrado en ello.
El amor es mucho más difícil. Es bailar con alguien más. El otro también se necesita para saber qué es el baile. El acoplarse con alguien es un gran arte. Crear una armonía entre dos personas... dos personas significan dos mundos diversos. Cuando dos mundos se acercan, el choque va a estar allí si no sabes cómo armonizar. El amor es armonía. Y la felicidad, la salud, la armonía, todo surge del amor. Aprende a amar. No tengas prisa para el matrimonio, aprende a amar. Primero conviértete en un gran amante...
La primera lección del amor es no pedir amor, sino sólo dar. Conviértete en un dador.
La gente está haciendo justo lo contrario. Aún cuando dan, dan sólo con la idea de que el amor debe regresar. Es un negocio. No comparten, no comparten libremente. Comparten con una condición. Siguen observando de reojo si está volviendo o no. Gente muy pobre... no conocen el funcionamiento natural del amor. Tú simplemente viértelo, él regresará....
Dos personas, infelices por separado, crean más infelicidad el uno para el otro cuando se juntan. Eso es matemático. Tú eras infeliz, tu esposa era infeliz ¿y ambos están esperando que al estar juntos llegarán a ser felices? Esto es... esto es una aritmética tan ordinaria, como dos más dos son cuatro. Es así de simple. No es parte de ningunas matemáticas más elevadas; es muy ordinario, puedes contarlo con tus dedos. Ambos llegarán a ser infelices.
Cortejar es una cosa. No dependas del cortejo. De hecho antes de que te cases, desházte del cortejo. Mi sugerencia es que el matrimonio debería ocurrir después de la luna de miel, nunca antes. Solamente si todo va bien, sólo entonces el matrimonio debería ocurrir.
La luna de miel después de la unión es muy peligrosa. Por lo que sé, el noventa y nueve por ciento de los matrimonios se terminan en el momento en que se acaba la luna de miel. Pero entonces estás atrapado, entonces no hay manera de escaparte. Entonces la sociedad entera, la ley, la corte -todos están en tu contra si dejas a tu esposa, o si la esposa te deja. Entonces la moralidad entera, la religión, el sacerdote, todos están contra ti. De hecho la sociedad debería crear todas las barreras posibles para el matrimonio y ninguna barrera para el divorcio. La sociedad no debería permitir que la gente se casara tan fácilmente. La corte debería crear barreras -convive con la mujer por dos años cuando menos, entonces la corte puede permitir que te cases....
Se debería permitir que dos personas convivan juntas el tiempo suficiente para llegar a conocerse, a familiarizarse el uno con el otro. Y aunque desearan casarse, no debería permitírseles. Entonces los divorcios desaparecerán del mundo. Los divorcios existen porque las uniones son equivocadas y forzadas. Los divorcios existen porque las uniones se hacen en un estado de romanticismo.
El romanticismo está bien si eres un poeta... y los poetas no son conocidos como buenos maridos o buenas esposas. De hecho los poetas son casi siempre solteros. Se dan sus buenos ratos pero nunca son atrapados, y por lo tanto su romance se mantiene vivo. Continúan escribiendo poesía, poesía hermosa. Uno no debería casarse con una mujer o con un hombre en un estado de ánimo poético. Permite que el humor de la prosa llegue, luego decide. Porque la vida cotidiana se parece más a la prosa que a la poesía. Uno debería llegar a ser lo suficientemente maduro.
La madurez significa que uno ya no es más un tonto romántico. Uno entiende la vida, uno entiende la responsabilidad de la vida, uno entiende los problemas de estar junto a una persona. Uno acepta todas esas dificultades y aún así decide vivir con la persona. Uno no está esperando que sólo vaya a haber cielo, sólo rosas. Uno no está esperando tonterías; uno sabe que la realidad es ardua. Es áspera. Hay rosas, pero lejos y en el medio; hay muchas espinas.
Cuando llegas a estar alerta de todos estos problemas y aún así decides que vale le pena arriesgar y estar con una persona preferentemente que estar solo, entonces cásate. Entonces los matrimonios nunca matarán el amor, porque este amor es realista. El matrimonio puede matar solamente el amor romántico. Y el amor romántico es lo que la gente llama amor infantil. Uno no debería depender de él. Uno no debería pensar en él como alimento. Puede ser sólo como el helado. Puedes comerlo a veces, pero no dependas de él. La vida tiene que ser más realista, más prosa...."
Osho, The Discipline of Transcendence

miércoles, 7 de octubre de 2015

SI LAS MUJERES ENTENDIERAN 

Si las mujeres entendieran... que los hombres también tienen miedos, pero sin tanto permiso para mostrarlos. 
Que hay emoción en el ruido de un motor o en el grito de un gol. 
Que valoran mucho más el exceso de sonrisas que tres kilos menos o más. 
Lo abrumador de ser el sostén económico de una familia. 
Lo que es tener que ser valiente, poderoso y exitoso a toda hora. 
Lo molestas que son las comparaciones con "el marido/novio de". 
La necesidad que tienen de un abrazo que no siempre saben pedir. 
Lo difícil que es comprender lo que nunca les han enseñado. 
Las lágrimas que no se animan a llorar. 
El poder que tenemos sobre ellos. 
Que ellos también pasan noches sin dormir. 
Que necesitan silencio como nosotras charla. 
Que no andan por la vida pensando en cómo lastimarnos. 
Que son más débiles de lo que su altura y músculos dirían. 
Que sacar lo mejor o peor de ellos está en nuestras manos. 
Que piensan y razonan diferente. 
Que sienten muy parecido. 
Que demuestran sentimientos como pueden o como aprendieron. 
Si las mujeres entendiésemos todo esto si lográsemos mirar más allá de algunos olvidos, si nos diéramos cuenta de que no hay todos o ninguno, si pudiésemos sentir que para ellos la mejor demostración de amor es habernos elegido, si las mujeres bajáramos un poquito la guardia, los reproches y tantos reclamos, si pudiéramos incrementar las sonrisas, los brindis y la picardía y si los dejáramos hacer sin tanto mandato ni expectativa, comprenderíamos que somos lo que le da sentido a sus vidas. Como
mujeres, novias, madres, hijas, hermanas o amigas. Al final del día, donde se acaban las bromas, donde no hay público ni formas, donde solo queda un hombre y sus latidos, ahí estamos nosotras... con el que cada una eligió. 

Jess Browne