martes, 29 de agosto de 2017

Las Personas Sensibles No Son Débiles, en Realidad Son Líderes Innatas.


¡Tu Fuente de Energía Positiva!
La sensibilidad probablemente es la cualidad menos valorada del mundo. Es frecuentemente asociada a la fragilidad y debilidad cuando en realidad es la tremenda fortaleza.
Las personas sensibles son perspicaces e inteligentes tanto para reconocer y comprender sus propias emociones. También son  lo suficientemente valientes como para exhibirlas en público.
Muchos de nosotros preferiríamos vivir en negación que reconocer nuestra vulnerabilidad. Debido a esto nunca conquistamos nuestros más grandes miedos y obstáculos internos.
El mundo necesita más almas sensibles, ya que son innatamente más conscientes de sí mismas y más empáticas. Los individuos con esta cualidades son líderes naturales.
Los grandes líderes poseen una alta inteligencia emocional. Se entienden tanto a ellos mismos como a los demás, lo cual es un producto de su propia sensibilidad.
No puedes guiar a otros si no te conoces a ti mismo.
La importancia de ser un líder consciente de si mismo es capturado de buena manera por este proverbio latino:
Es absurdo que un hombre que gobierne a otros no sea capaz de gobernarse a sí mismo.

Si no tienes un entendimiento de tu funcionamiento interno y de lo que motiva tus decisiones entonces no estarás en una posición fuerte para guiar a otros.  
Encontrarte a ti mismo tiene que ver con llegar a un acuerdo con tus emociones y lo que las dicta.Requiere una honestidad un tanto bruta acerca de tus sentimientos. Requiere sensibilidad.
Ser líder no se trata de obtener cierta posición, se define por si eres capaz o no de hacer sentir a las personas a tu alrededor un poco menos perdidas y desorientadas en la travesía de la vida.
Pero no puedes ayudar a otros a encontrar su camino por la vida si es que tu aún no descubres el tuyo.
Los individuos con un gran sentido de sí mismos son más confiados y prácticos y naturalmente inspiran a los demás a confiar en ellos.
También saben reírse de ellos mismos, lo que les ayuda a mantener tanto la perspectiva como la sanidad.
Daniel Goleman ha hecho un trabajo escrito extensivo en cuanto a la inteligencia emocional y el liderazgo. Sus investigaciones han demostrado que las personas emocionalmente inteligentes están mejor preparadas para ser líderes.
En sus palabras:
La consciencia de sí mismo es el primer componente de la inteligencia emocional.
La consciencia de sí mismo significa tener un entendimiento más profundo de las propias emociones, fortalezas, debilidades, necesidades y motivaciones.
Las personas con una alta consciencia de ellos mismos no son exageradamente críticos ni mantienen una esperanza poco realista. En vez, son honestos con ellos mismos y con los demás.
El liderazgo pobre es una consecuencia de la inseguridad, de la falta de autenticidad y de tener una mente cerrada. Estas cualidades frecuentemente hacen que las personas se tornen crueles hacia los demás. Cuando no te entiendes ni te gustas a ti mismo, las personas a tu alrededor se convierten en chivos expiatorios.
Las personas sensibles tienen una extrema ventaja en este aspecto, ya que tienen un entendimiento profundo de sus emociones y de su identidad. Esto es precisamente por qué están mejor preparados para ser líderes.
No puedes guiar sin empatizar.
Piensa en los peores jefes que hayas tenido.
Es probable que hayan sido egocéntricos, terribles para escuchar y profundamente inseguros.
Seguramente nunca exhibieron compasión por los demás y estaban completamente absorbidos en sí mismos. Consecuentemente, te hacían sentir miserable y empeoraban tu rendimiento.
Ernest Hemingway una vez dijo:
Cuando las personas hablan, escucha completamente. La mayoría de las personas casi nunca escuchan.
Los grandes líderes son grandes oyentes. Escuchan con empatía, e intentan sinceramente ponerse en los zapatos del otro.
Consecuentemente, construyen confianza, alivian el descontento y ayudan a catalizar soluciones a varios problemas y lamentos.
Hay una cantidad de evidencia que muestra que los empleados se encuentran más satisfechos cuando tienen jefes compasivos y empáticos.
Correspondientemente, los estudios muestran que los empleados felices son más productivos, creativos y colaborativos.


En otras palabras, el liderazgo compasivo es universalmente beneficioso.
Como dice Emma Seppälä, Directora de Ciencias del Centro de Compasión y Altruismo de la Universidad de Stanford:
Los jefes puede que escondan su compasión por miedo a parecer débiles. A pesar de esto, la historia está llena de líderes que eran altamente empáticos y poderosos – la Madre Teresa, Martin Luther King y Desmond Tutu, por nombrar a algunos. 
Eran líderes tan fuertes e inspiradores que las personas dejaban todo por seguirles.
Así es, contrariamente a la opinión popular, los verdaderos líderes no son dominantes y estoicos, sino cooperativos y emocionalmente abiertos.
El mundo sería un lugar decididamente mejor si más personas en las posiciones de liderazgo fueran sensibles, empáticas y compasivas.
Como dijo una vez el Dalai Lama: 
El amor y la compasión son necesidades, no lujos. Sin ellos la humanidad no puede sobrevivir.
El sufrimiento humano es frecuentemente causado por la inhabilidad de entender las perspectivas y los sentimientos de otros.
Si verdaderamente deseamos progresar como especie, necesitamos aceptar nuestras emociones además de buscar entender las emociones de los demás. 
Los líderes más grandes entienden que la compasión levanta el espíritu tanto de quien la da como de quien la recibe. 



Via: John Haltiwanger


lunes, 14 de agosto de 2017

Enséñame el arte de los pequeños pasos.

No pido milagros y visiones, Señor, pido la
fuerza para la vida diaria.
Enséñame el arte de los pequeños pasos.
Hazme hábil y creativo para notar a
tiempo, en la multiplicidad y variedad de lo
cotidiano, los conocimientos y experiencias
que me atañen personalmente.
Ayúdame a distribuir correctamente
mí tiempo: dame la capacidad de distinguir
lo esencial de lo secundario.
Te pido fuerza, auto-control y equilibrio
para no dejarme llevar por la vida y
organizar sabiamente el curso del día.
Ayúdame a hacer cada cosa de mi presente
lo mejor posible, y a reconocer que esta
hora es la más importante.
Guárdame de la ingenua creencia de que
en la vida todo debe salir bien.
Otórgame la lucidez de reconocer que las
dificultades, las derrotas y los fracasos
son oportunidades en la vida para crecer y
madurar.
Envíame en el momento justo a alguien que
tenga el valor de decirme la verdad con
amor.
Haz de mí un ser humano que se sienta
unido a los que sufren.
Permíteme entregarles en el momento
preciso un instante de bondad, con o sin
palabras.
No me des lo que yo pido, sino lo que
necesito.
En tus manos me entrego.
¡Enséñame el arte de los pequeños pasos!

Antoine de Saint-Exupéry

“Carta para mi amiga que está con un hombre que no la merece”

Cuando se vive el dolor de una amiga por un hombre que no la merece, suceden cosas como este intento mediante una carta para convencer a dejar ir un amor.
A pesar de consolarlas y entenderlas todo el tiempo, hay amigas que siguen siendo la pareja de un hombre que simplemente no la merece. Cuando se trata de nuestra querida amiga, se tiene que intentar todo lo posible para evitar que sus decepciones sean peores y mediante una carta lo hizo saber la escritora Sofía Hernández. Si tienes a una amiga que esté viviendo por una situación similar, te compartimos lo que nos dice.
“Te amo. De la forma más sincera que puede ser, con ese cariño de hermanas que no son de sangre, pero sí de vida. Te amo por ser mi incondicional, por estar aquí en todas mis aventuras, por esa vez que me ayudaste a salir de casa para hacer una tontería, por las ocasiones en que estabas conmigo investigándolo todo acerca del chico que me gustaba, las horas de risas por la mínima tontería, por aquella vez que alguien habló mal de mí y estuviste ahí para defenderme, por decirme las cosas a la cara, no importa lo duras que suenen, por ser mi cómplice a cada momento y contestar el teléfono de madrugada, sin importar si llamaba ebria, con ganas de molestar o llorando.
Creo que las amigas son la forma que Dios tiene para decirnos cuánto nos ama, es como tener un ángel disponible 24/7, tú eres el mío y por eso quiero que sepas un poco de lo que pienso de ti.
Te extraño, por raro que suene; ya sé que estamos cerca e incluso nos vimos en estos días, pero extrañarte va más allá de eso, quiero que regrese esa chica, esa que eras antes de él, cuando no estaba aquí.
El amor es complejo y cada relación es única, pero siempre es lo mejor del mundo cuando es real. Me fascina ver personas enamoradas, disfrutándose y siendo felices, si además son especiales para mí, me emociona más aún, si eres tú, no puedo ni describirlo; el problema es cuando sí eres tú, pero te veo en una relación en donde eres todo menos feliz, menos tú.
Tal vez no soy quién para juzgar tu relación y tampoco pretendo hacerlo, pero hay ciertas cosas que me encantaría que supieras.
Extraño a la chica alegre, segura de si misma, esa que reía por todo y hacía chistes tontos siempre, la que siempre decía ‘sí’ cuando le proponía algo y que se sentía orgullosa de sí misma, esa que tenía claro lo que quería y jamás recibía menos, la que vestía con lo que le gustaba para sentirse bien consigo misma no para agradar a nadie más, la que sabía que podía comerse el mundo de un bocado, esa que tenía muchos amigos y siempre estaba de buen humor, que amaba salir, bailar, la que era tan única que encantaba a todos.
No me malinterpretes, te quiero igual justo ahora, pero me da tristeza ver en quién te has convertido; una chica insegura, preocupada todo el tiempo, siempre a la expectativa de lo que necesita, dispuesta en todo momento a satisfacerlo y hacer lo que sea para que ‘él esté bien’, ansiosa cada que vistes de cierta manera, porque tal vez no le guste; cancelando el único plan que tenías porque misteriosamente algo le sucede y claro, tu momento con otras personas o para ti puede esperar, sus necesidades no.
Ojalá entiendas que mereces a alguien que se sienta feliz de tenerte, quien te responda hasta los ok, quien agradezca cada día por el instante en que apareciste y se esfuerce cada momento por ser mejor para ti, alguien que te impulse con tus sueños y esté presente, no a quien te corta las alas; mereces más que posesión, celos y a un niño, porque no eres su mamá, tampoco de su propiedad, se supone que el amor sea libertad, plenitud, confianza, tranquilidad, apoyo y respeto, no miedo, desconfianza, tristeza constante ni enojo.
No tienes idea de lo mucho que me pesa verte llorar de nuevo por la misma persona, alguien que cambia un momento, cuando siente que ya te vas, que dice tres palabras bonitas para convencerte de que por fin, esta vez va a cambiar; y pasa de nuevo, le perdonas, y pasa de nuevo, no cambia y tú solo lloras. Amiga, no hay algo malo contigo, ¿Qué puede estar mal con ser sincera y querer fuerte, querer mucho? Nada, el error no es ser así, porque es parte de tu esencia, el error es ser así con la persona equivocada, porque seamos claras, si no te demuestra con hechos ese amor que dice sentir, amiga mía, no es tu persona.
Por experiencia te digo que vas a estar bien, no es el final, porque puedes… Porque si te vieras como lo hacemos los demás, fuerte, valiente, inteligente, bonita, noble, sincera, luchadora, comprensiva, con tantas cualidades, tampoco te explicarías cómo es que sigues ahí, con él…
Y es que vales tanto, que si te dieras cuenta de tu valor, quedarías sorprendida con lo poquito que estás recibiendo”.