lunes, 12 de marzo de 2018

Los amores bonitos no solo te toman de la mano, sino que también te sujetan el corazón.

Solo quienes hemos vivido un amor bonito, podemos dar fe de lo que esto significa, el sentirse realmente especial para alguien, el sentirse seguro y refugiado dentro de un abrazo, el saber que en alguna parte, bien sea justo al lado o a kilómetros de distancia, el corazón de alguien palpita más rápido y más fuerte y en simultaneo una sonrisa se forma en su rostro, con tan solo pensarnos.
Hay muchas formas de amar, pero cuando amas a pesar de una molestia, a pesar de una decepción, a pesar de la distancia, a pesar de no coincidir… probablemente estés experimentando ese amor que se libera de condiciones, que no necesita que la otra persona encaje en su molde imaginario para aceptarle, sino que ama el conjunto, el paquete todo incluido, con lo que más les gusta y con lo que podrían arrancar con un solo pensamiento.
El amor bonito suma, aporta, construye, respeta, valora, no amarga la vida, no hace dudar, no cambia un universo por una estrella fugaz. El amor bonito habla desde el cariño, considerando que habrá un mañana y desea que ese mañana sea junto a quien ama.
El amor bonito no está libre de mariposas, aunque puede haber superado algunas etapas, es más sólido, es más constante, es más presente y por si fuese poco, es más fuerte. No es vulnerable ante la presión, ni ante la envidia, ni ante los juicios, ni ante las opiniones que le puedan perjudicar. Solo toma para sí lo bueno del entorno y lo demás lo construye desde adentro, desde donde verdaderamente importa, procurando ocupar lugares especiales y reservando espacios increíbles en su corazón.
Si tienes un amor bonito no lo pierdas, no lo arriesgues, asegúrate de alimentarlo, de cuidarlo, de no levantar barreras, que no sea necesario perderlo, para que te des cuenta de que ese amor, no solo estaba allí para tomarte de las manos, sino para sujetarte el corazón.

Por: Sara Espejo

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