jueves, 31 de julio de 2014

De Paulo Coelho

Nasrudin paseaba por el mercado cuando un hombre se le acercó. -Sé que eres un gran maestro sufí - dijo - Esta mañana mi hijo me ha pedido dinero para comprar una vaca. ¿ debo ayudarle? - Esta no es una situación de emergencia, así que aguarda una semana antes de ayudar a tu hijo. - Pero, ahora estoy en condiciones de ayudarle. ¿Qué diferencia hay entre ayudarle ahora y dentro de una semana?. - Una diferencia muy grande respondió Nasrudin - La experiencia me ha demostrado que la gente sólo aprecia las cosas cuando se les hace dudar de si conseguirán o no lo que desean. Paulo Coelho

"Da lo que tienes para que merezcas recibir lo que te falta." San Agustín

LA VIDA

Nos conformamos en vez de arriesgarnos, sin pensar que cada día que pasa, no volverá.
Nada está escrito, nada es imposible, ni siquiera posible... todo depende de nuestra voluntad, de esas fuerzas que nos salen de adentro, decir de adentro es decir que puedo afrontar cada desafío.
Tenemos el poder cuando estamos convencidos, cuando estamos decididos, cuando de verdad queremos algo.
No hay obstáculo capaz de imponerse, si queremos podemos llegar más lejos, si queremos podemos llegar más alto, si queremos podemos hacer lo que sea... "sólo hay que proponérselo"...
La vida es algo hermoso, siempre y cuando la hagas a tu manera, sin dejar que nada ni nadie opine por ti, que se meta en tus asuntos queriendo arreglarlos.
Nunca dejes que nadie te arruine la vida.
La vida es una sola, vívela paso a paso y no dejes de hacer nada, probablemente te arrepientas y cuando te des cuenta será demasiado tarde.
Tampoco dejes de vivir los sueños y las ilusiones, sin ellos , la vida no tiene sentido.
Trata de ir siempre de frente, sin vueltas...
No confíes en toda la gente que te rodea, a veces piensas que es la mejor persona del mundo, y en realidad es un verdadero enemigo.
Anda siempre con la verdad, por más dolorosa que sea, de todas formas vale mucho más que una mentira.
Si algún día te sientes solo, y tienes ganas de llorar, hazlo, muchas veces ayuda a que te desahogues.
Ante cualquier problema; no huyas por miedo a enfrentarlo, y nunca olvides esto:

LUCHA COMO SI FUERAS A VIVIR SIEMPRE
Y VIVE COMO SI FUERAS A MORIR MAÑANA

jueves, 24 de julio de 2014

LO QUE SOMOS

Somos lo que somos en gran medida por aquellos que están a nuestro lado. Aquellos que de una u otra forma nos van moldeando. Y es un asunto sobre el cual no pensamos o nos damos cuenta. Creemos que somos algo por nosotros mismos y olvidamos los desvelos de una madre, las críticas de un padre que aunque toscas son como una lija que trata de pulir esas partes mal trechas que tenemos. Es en la adultez cuando uno aprende la importancia de aquellas palabras tan repetidas, y que quizá por la forma en que eran dichas eran rechazadas. No todos tienen la misma sutileza para decir las cosas. Ni todos la nobleza para aceptarlas.

Luego son las amistades quienes se acercan y van también colaborando en múltiples formas a ser lo que somos. Nos ayudó desde el maestro que con insistencia procuraba que aprendiéramos ese algo que nos daba, ese compañero herido que reclamo por alguna falta cometida, y son ellos los que seguían con esa lija en la mano, puliendo la piedra tosca que se duele al quitarle esas partes rusticas.

Después será el compañero o compañera de vida quien seguirá cada día tratando de lijar más la piedra, luego un hijo quizás… Pero en fin son los otros los que nos muestran una realidad que no podemos mirar en el espejo, nadie se ha visto a sí mismo en verdad como lo ve otro.

Es bueno aceptar de vez en cuando esa lija que busca pulir, ese amigo, amiga, padre, madre, pareja, hijo. Aun sin saberlo terminamos siendo lo que somos en gran parte gracias a ellos.

Son otros los que nos van moldeando, nos van puliendo no solo con lijas también con la delicadeza de una palmada en la espalda, una sonrisa, una mirada, unas palabras de preocupación, unas palabras de aliento, un silencioso aquí estoy para ti.

Cuánto hay que dar gracias cada día por todo lo recibido desde la infancia, quizá es poco lo que retribuimos si nos damos cuenta.

miércoles, 23 de julio de 2014

Aunque no te pueda ver...

...Yo sólo quiero hacerte saber
amiga estes donde estes
que si te falta el aliento yo te lo daré, y si te sientes sola hablame,
que te estaré escuchando aunque no te pueda ver...(8)

Alex Ubago - Aunque no te pueda ver (video clip): http://youtu.be/ER9i8WGFgS8

jueves, 17 de julio de 2014

35 cosas que lamentarás cuando seas viejo.

Tarde o temprano vendrán los tiempos cuando no puedas hacer muchas cosas. Cuando algunas otras se volverán obsoletas o imposibles de realizar. Pero siempre habrá que recordar que mientras seas joven, la vida debe adquirir un sentido, un propósito. Y para llegar a ello se necesita ser proactivo, para no lamentar cosas que no hiciste o dejaste de hacer. Siempre se puede ser mejor.

Aquí una lista de las cosas que probablemente lamentarás cuando seas más grande:

1. No haber viajado cuando tuviste la oportunidad. Viajar es cada vez más difícil a medida que envejeces, pues tener una familia de 3 o más personas resulta más complicado que sostenerte a ti solo.

2. No haber aprendido otro lenguaje. Te arrepentirás cuando recuerdes que pasaste más de 4 años aprendiendo inglés en la escuela y no recuerdas nada.

3. Permanecer en una mala relación. Recuerda que “si decides estar en una relación infeliz, has decidido ser infeliz”. Créeme, nadie que haya salido de una mala relación en el pasado, ha volteado sin decir que hubieran deseado salirse antes.

4. Olvidar ponerte bloqueador solar. Arrugas, lunares, cáncer de piel son algunos de los padecimientos que pueden ser evitados si te cuidas.

5. Perderte la oportunidad de ir a conciertos de tus cantantes favoritos. “Nah!, ni me preocupo, al fin que Ricardo Arjona volverá a venir el año que viene” Oooops!

6. Tener miedo a hacer cosas. Siempre que mires al pasado te dirás: “¿Por qué le tenía tanto miedo a eso?

7. No poner “hacer ejercicio” como una prioridad. Muchísimas personas alcanzarán la plenitud física de su vida acostados en un sillón. Cuando llegues a los 40, 50 y más, lamentarás haberte quedado sin hacer nada en lugar de haberte cuidado un poquito.

8. Dejarte definir por roles de género. No hay nada más triste que escucharte decir: “es que en ese entonces esas cosas no se hacías así”. Atrévete a cambiar los paradigmas.

9. No renunciar al trabajo que odias. Ok, entendemos que hay que pagar los recibos, pero si no tienes un plan para mejorar, podrías despertar 40 años después viviendo en un infierno laboral.

10. No haberte esforzado más en la escuela. No es que las calificaciones te hagan más valioso, pero algún día por alguna circunstancia te dirás que habrías deseado poner más atención en clase.

11. No darte cuenta lo guapo/guapa que eres. Muchos de nosotros pasamos mucho tiempo lamentándonos por no ser tan guapos y gastamos fortunas en mejorar algo que no nos parece. En realidad, somos bellos todo el tiempo.

12. Tener miedo de decir “TE AMO”. Cuando seas grande, verás que aunque tu amor no fue correspondido, siempre habrás querido expresar tus sentimientos.

13. No escuchar los consejos de tus padres. Lo sabemos, cuando eres joven no los quieres ni escuchar, pero créenos, cuando crezcas, desearás tan siquiera poder escuchar su voz, más aún un consejo. Y lo mejor es que todo lo que te dijeron era cierto.

14. Darle mucha importancia a lo que la gente piensa de ti. Te lo juro que en 20 años ni te acordarás de lo que aquella gente decía sobre ti y que tanto te importaba.

15. Apoyar el sueño de otras personas por encima de los tuyos. Si, ayudar a otros es bueno, siempre y cuando te des también el tiempo y espacio para brillar por ti mismo/a y realizar tus propios sueños.

16. Guardar rencor o resentimiento por alguien. Eso significa dejar que alguien viva en tu cabeza sin pagar renta. No vale la pena. ¿Cuál es el punto de recordar y recordar el daño que te han hecho? Déjalo ir.

17. No defenderte. La gente grande no deja que nadie les haga algo que no quieren, tu tampoco deberías.

18. No haber hecho una actividad como voluntario. Créeme, ayudar a alguien voluntariamente a hacer su vida más placentera, es algo que jamás lamentarás. Se siente increíble.

19. No cuidar tus dientes. Cepíllate, usa hilo dental, consulta a tu dentista regularmente. Cuando seas grande y te falten 3, 4 o más dientes, habrás deseado cuidarlos más.

20. No preguntarles cosas de la vida a tus abuelos antes de perderlos. Ellos ya han pasado por donde tú vas caminando y son una fuente inmensa de sabiduría. No pierdas la oportunidad de quererlos antes de que se vayan.

21. Trabajar demasiado. Nadie que vaya a morir ha deseado haber trabajado más o haber pasado más tiempo en la oficina. Por el contrario, desearon haber pasado más tiempo con su familia, amigos, pasatiempos.

22. No saber cocinar por lo menos un platillo que te guste. Siempre serás recordado por hacer “Huevos a la Hernández” o “Enchiladas de Susana” o “Pollo a la Elena”. Aprende a cocinar, tú mismo te lo agradecerás.

23. No detenerte para apreciar el momento. Sí, lo sabemos, los jóvenes siempre son muy activos, pero detenerte y admirar a tu alrededor es algo bueno, hazlo.

24. No terminar lo que empiezas. “Me molesta mucho cuando las personas no terminan correctamente los enuncia…”

25. Dejar definirte a ti mismo por expectativas culturales. Nunca dejes que te digan: “nosotros no hacemos eso”.

26. No dejar a tus amigos que hagan su propia vida. Las amistades crecen por separado. Cada quien tiene su vida y debe hacer lo que considere mejor para ellos. No dejarlos realizarse es causa de problemas y tristeza. No quieres eso.

27. No jugar más con tus hijos. Cuando seas más grande, verás cómo tu hijo pasó de “Papi porfa vamos a jugar” al “Vete de mi cuarto papá”.

28. No tomar riesgos, especialmente en el amor. Saber que te atreviste a declarar tu amor a alguien, incluso si fue el más grande fiasco de tu vida, será bien visto por ti mismo cuando eres viejo. Aplica para las cosas de la vida cotidiana. Al final lo recordarás con una risa.

29. No darte el tiempo para hacer contactos. Siempre los vas a necesitar, siempre. Así que mejor comienza a hacerlos.

30. Preocuparte demasiado por todo. Si las cosas tienen solución ¿para qué te preocupas?, y si no tienen solución, ¿para qué te preocupas?

31. Hacer más drama del necesario. ¿Para qué? Nadie lo necesita. ¡Relax man!

32. No pasar más tiempo con tus seres queridos. El tiempo que pasamos con las personas que amamos es limitado y pronto se acabará. Hazlo valer y aprovéchalo al máximo.

33. Nunca haber cantado o hablado frente a una audiencia. Sí, es muy difícil, suena descabellado. Pero atreverte te dará un boost de autoestima increíble. Tú puedes hacerlo, aunque creas lo contrario. Te llevarás una grata sorpresa.

34. No haber hecho el amor más veces con tu pareja. El sexo es el acto supremo de felicidad y éxtasis. Más cuando se hace con la pareja que amas. Desafortunadamente tiene una fecha de expiración. Lamentarás no haberlo hecho más seguido.

35. No haber sido agradecido a tiempo. Es difícil verlo al inicio, pero eventualmente es más claro que cada momento en este mundo, desde el más mundano hasta el más increíble, es un regalo que se nos ha dado y somos increíblemente suertudos de haberlo recibido.

viernes, 11 de julio de 2014

Sigo aquí...

No me he ido. Sigo aquí, soñando; tratando de liberar todo eso que llaman energía. Las palabras se han hecho para transformar sueños y realidades, eso es lo que a veces busco hacer. A veces a escondidas, sueño con ése único instante que me hará feliz. Ya no lamento hechos que borraron mi sonrisa, busco en ellos el mejor escudo para seguir de pie. No hay oscuridad que dure cien años, no hay tristeza que aturda para siempre. Hay encuentros y hay despedidas, hay caminos y hay desvíos  que tarde o temprano aparecen para enseñarte que no eres inmortal, sino un cuerpo lleno de fortaleza capaz de caer pero nunca rendirse.

domingo, 6 de julio de 2014

Qué es el amor?

Maestra, ¿qué es el amor?
Uno de los niños de una clase de educación infantil preguntó:
Maestra… ¿qué es el amor?
La maestra sintió que la criatura merecía una respuesta que estuviese a la altura de la pregunta inteligente que había formulado. Como ya estaban en la hora del recreo, pidió a sus alumnos que dieran una vuelta por el patio de la escuela y trajeran cosas que invitaran a amar o que despertaran en ellos ese sentimiento. Los pequeños salieron apresurados y, cuando volvieron, la maestra les dijo:

Quiero que cada uno muestre lo que ha encontrado.
El primer alumno respondió:

Yo traje esta flor… ¿no es bonita?
A continuación, otro alumno dijo:

- Yo traje este pichón de pajarito que encontré en un nido… ¿no es gracioso?

Y así los chicos, uno a uno, fueron mostrando a los demás lo que habían recogido en el patio.

Cuando terminaron, la maestra advirtió que una de las niñas no había traído nada y que había permanecido en silencio mientras sus compañeros hablaban. Se sentía avergonzada por no tener nada que enseñar.

La maestra se dirigió a ella:

Muy bien, ¿y tú?, ¿no has encontrado nada que puedas amar?
La criatura, tímidamente, respondió:

- Lo siento, seño. Vi la flor y sentí su perfume, pensé en arrancarla pero preferí dejarla para que exhalase su aroma durante más tiempo. Vi también mariposas suaves, llenas de color, pero parecían tan felices que no intenté coger ninguna. Vi también al pichoncito en su nido, pero…, al subir al árbol, noté la mirada triste de su madre y preferí dejarlo allí…

Así que traigo conmigo el perfume de la flor, la libertad de las mariposas y la gratitud que observé en los ojos de la madre del pajarito. ¿Cómo puedo enseñaros lo que he traído?

La maestra le dio las gracias a la alumna y emocionada le dijo que había sido la única en advertir que lo que amamos no es un trofeo y que al amor lo llevamos en el corazón.

El amor es algo que se siente.

Hay que tener sensibilidad para vivirlo.