Ten
presente cada uno de los pasos que has dado para lograrlo, cada
esfuerzo por ser mejor no anula ni borra el anterior. Cada brío, cada
entusiasmo, cada arranque, cada ardor, en tu empeño por avanzar es y
debe ser un agradecer, a Dios y a los que te acompañan y te acompañaron
en la travesía.
Tu vuelo es la recompensa al tesón, a la buena voluntad, a la constancia, a la humildad con la que eres capaz de detenerte, de reducir la marcha para consolidar a otros, para enseñar, para aupar y avivar la esperanza del que empieza.. Es recordar lo que fuimos, acordarnos del inicio, dejar resonar nuestro origen.
Quién, su origen olvida, vive aleteando, sin poder volar, aunque finja hacerlo, vanagloriarse de andar por las alturas es destinarse a un precipitoso aterrizaje, perseguir, criticar, atacar y desestimar la capacidad de vuelo de otros, atiborrará de tal peso las alas, consiguiendo caer.
Tu vuelo es la recompensa al tesón, a la buena voluntad, a la constancia, a la humildad con la que eres capaz de detenerte, de reducir la marcha para consolidar a otros, para enseñar, para aupar y avivar la esperanza del que empieza.. Es recordar lo que fuimos, acordarnos del inicio, dejar resonar nuestro origen.
Quién, su origen olvida, vive aleteando, sin poder volar, aunque finja hacerlo, vanagloriarse de andar por las alturas es destinarse a un precipitoso aterrizaje, perseguir, criticar, atacar y desestimar la capacidad de vuelo de otros, atiborrará de tal peso las alas, consiguiendo caer.
Que no falte la humildad de reconocernos débiles ante Dios, ganando así su misericordia para avanzar en vuelo firme..
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