lunes, 9 de noviembre de 2020

VIAJÁ...

Viajá, colecciona momentos, crea recuerdos, toma muchas fotografías, invierte tu dinero en experiencias, en nuevos lugares, en platos típicos, en recorrer ciudades. No hay mejor terapia que un viaje, en cualquier circunstancia siempre la respuesta es un viaje, te llena de energía, te regenera, viajar te hace más feliz que comprar cosas. Ten aventuras, conoce gente con tu misma pasión, sueños y alegrías. Respira otro aire, párate en ese nuevo lugar, cierra los ojos, extiende tus brazos y gira con cada punto cardinal. Comienza a vivir aquellos cosas que te quieres llevar, nada más bonito que recordar los lugares visitados, las locuras que hiciste, las anécdotas que cada viaje te regala; atrévete a cumplir esos sueños esos deseos de lugares, deja que la gente murmure que andas para allá y para acá, mucho gente morirá sin vivir, sin atreverse, sin experimentar, deseando hacer esas cosas; no te quedes con las ganas, el dinero se recupera el tiempo no. Créeme no hay nada más bonito que tus pies toquen nuevas ciudades, nuevos lugares, que tú brújula interior te lleve a destinos mágicos, cada lugar es bello, siempre mira con ojos de un viajero, asombrarse por las pequeñas y mágicas cosas que cada lugar te regala. Vive! Sueña! Viaja!...en bus, en tren, en avión, carro, en ride, a pié o cualquier medio, lo importante es que viajes. Que tomes tu mochila y la llenes de sueños, aventuras, anécdotas, recuerdos y memorias que llevarás contigo hasta tu lecho de muerte; así sabrás que no solo viviste respirando sino también viviendo y que tú paso por este mundo habrá valido totalmente la pena.
Cómo dijo mi guía turístico de Alexander en Ruta: "Le aseguro que cuando seamos viejos vamos a recordar la hermosa vista, la experiencia no el dolor de pies, no el transporte, no los zapatos que llevamos sino, con quien compartimos, la felicidad y las sensaciones que nos generó".

Así que Viajá! Que la vida es muy corta como para quedarse en un solo sitio y el mundo es enorme con infinitos destinos.

Por: Lorena Mejía



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