De cada día, de cada cosa que sucede o de cada experiencia vivida podemos aprender algo o tener una enseñanza.
A veces solo basta tomar consciencia de lo que sucede a nuestro alrededor, o en cada momento.
A veces pasamos tan desapercibidos con las pequeñas cosas que nos suceden, que nos volvemos indiferentes a los misterios detrás de cada situación.
Quiero contar una de las cosas que me hicieron reflexionar y escribir este post.
En cierta ocasión ingresé a una app de artículos que las personas publican para regalar, esto con el fin de ser recicladas, reutilizadas o simplemente porque no los utilizan. Estaba viendo la app y una persona había publicado un collar de estrella con unos aretes de corazón ambos nuevos, desde el momento que los ví me encantaron y los deseé tanto para mí que no dude en pedirlos; cabe mencionar que si hay otra persona que los pide antes, pierdes tu oportunidad. Y desafortunamente recibí una respuesta que el artículo sería recolectado por alguien más y que ya no estaba disponible. Y bueno, el sentimiento fue solo lamentar no haberlos visto antes, para que mi solicitud fuera la primera y que fueran míos; pero el sentimiento no duró mucho y al cabo de un momento acepté que no logré tenerlos y que no serían para mi e inclusive al pasar un tiempo lo olvidé. Y así continué revisando la app por otros artículos.
Pasaron tres días y recibí una notificación de la app, que tenía un mensaje nuevo, me sorprendí, pues no había pedido nada en esos días. Entré a revisar la app, tenía un mensaje y para mi sorpresa era de la persona que había publicado el collar y los aretes, me preguntaba que si aún los quería que estaban disponibles, la otra persona no había llegado a colectarlos. En el instante solo pensé "Ya eran míos", ya correspondía que fueran para mí.
Muy alegre por ello le confirmé que sí los quería, fuí a colectarlos y realmente estaban muy bonitos y llenó mis expectativas.
Reflexioné sobre eso, sobre lo que ya corresponde que llegue a tu vida, ya sea situaciones, cosas e inclusive personas. Si solamente aceptamos las cosas que nos pasan, dejamos ir el sentimiento, soltamos y continuamos con nuestra vida.
El deseo que algo sea para tí está en tí, pero lo sueltas, sin apegos y lejos de la neecesidad. Amas, deseas y quieres porque vibras en amor y no depende del otro y entender esto es vivir en plenitud.
Solo dejar que la vida fluya y lo que está destinado a ser tuyo, lo será. Tal vez algunas cosas, situaciones o personas llegan en un momento para enseñarnos algo; debemos aprender de ellos y soltar. A lo mejor y esa situación, cosa o persona regrese en un mejor momento y perfecto o a lo mejor no, pero eso es parte de tu leyenda personal, de lo que has venido a vivir y a aprender. No te apresures, ni ansies, en la vida hay que saber esperar, deja a la vida hacer su trabajo.
La vida misma ya sabe que es lo que nuestra mente y corazón desean, el universo no dudará en que lo que está destinado a tí llegue; a veces en momentos menos esperados, tarde o temprano lo que es para tí te encuentra.
Lorena Mejía.
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